Historia

Existen noticias de la vida de los guepardos en cautividad desde 3000 AC. Guepardos mansos, capturados en libertad fueron entrenados para cazar en tierras Africanas y Asiáticas. Algunas veces, grandes números de guepardos eran cuidados en los campos de los potentados de la época. En aquellos tiempos probablemente había una fuente inacabable de guepardos salvajes, considerando el hecho de que el Mogul de la India “Akbar el Grande(1542-1605) cuidaba mas de 1000 guepardos adiestrados en su colección de fieras.

Debido al especial comportamiento durante el apareo de los guepardos nunca hubo cría en cautividad, por lo que no hubo guepardos realmente domesticados. Probablemente en aquella época no se consideró la cría en cautividad como una opción, porque se consideraba que una cría educada en absoluta cautividad no estaba preparada para cazar. Además, eran preferidos los animales capturados con varios años de edad.

La gente adoptó la visión de que estos eran los animales favoritos para cazar.

 

 

 

Los egipcios fueron los primeros, que adiestraron a los guepar-dos. Como tributos al Rey de Theben se ofrecen ébano y un guepardo  (1700 a.C.).

 

 

 

 

La última caza en la India con guepardos sucedió en el año 1942

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Problemática Actual

Durante décadas zoos e instituciones privadas alrededor del mundo han intentados criar en cautividad esta preciosa especie de gatos grandes, que además es el mamífero mas veloz sobre la tierra.

Estos esfuerzos se han convertido en necesarios para afrontar la disminución natural de la población de animales salvajes que se ha reducido de 100.000 animales en 1900 a unos 12.000 actualmente. Hoy viven unos 700 guepardos en zoos y residencias privadas, pero con una tasa de natalidad muy baja. Se dice que en toda Europa nacieron menos de una docena en el año 2003. Solo algunas instituciones han sido capaces de criar guepardos en cautividad regularmente.

Al intentar buscar explicaciones se hace responsables a los guepardos por la mala calidad del semen, la receptividad de las hembras e incluso problemas genéticos. Casi nadie culpa a los humanos por imponer a los guepardos unas condiciones de vida que dificulta una cría satisfactoria, e incluso la impide desde el principio.

Por ejemplo, grupos con individuos de los dos sexos son frecuentemente expuestos en los zoos, lo que es contrario a las condiciones naturales de los guepardos. Las hembras de guepardos en libertad viven en solitario y solo toleran a un macho durante el breve periodo en que están en celo.

Incluso la proximidad de recintos de grandes felinos impiden a la hembra tener un ciclo sexual normal, porque son sus enemigos naturales. Los animales tímidos y miedosos que desconfían de sus cuidadores, y que tienen que ser sedados para manipulaciones menores y transportes, tampoco producirán descendencia en un medio inseguro.

El mayor problema para conseguir la cría de guepardos es saber el momento mas alto del celo de la hembra. Solo en ese momento tolerará al macho. Debido a las dificultades que conlleva descubrir los sutiles síntomas del celo, el momento alto de celo es muy difícil de identificar. Como alternativa a este problema, algunos criadores juntan a macho y hembra en un momento inadecuado. Este sistema va dirigido al fracaso.

 

Alternativas

Todavía hoy hay expertos que consideran que la cría con guepardos mansos, criados en cautividad es imposible, aunque lo siguiente sea obvio:

Especialmente para el celo, una gueparda mansa es una gran ventaja. Los síntomas específicos del celo se pueden contrastar con los cambios de la vulva (color, tamaño, secreción) por palpación y revisión ocular.

Así, para cada hembra se puede establecer fácilmente un calendario de su ciclo. El absoluto bienestar de una hembra de guepardo, incluyendo confianza sin limites en su cuidador y en su entorno, además de una dieta excelente, metabolismo y clima adecuados, están consiguiendo ciclos muy regulares. Incluso los viajes largos en coche son soportados sin alterar la regularidad de estos ciclos. Estos conocimientos nos permiten saber la fecha exacta para el apareamiento.

 

Primeros logros

En primavera de 2004 planeamos la primera camada de nuestra hembra “Bagheera”. Se predijo el comienzo del celo para el 28 de marzo. El parque de animales “Jaderberg” (Dirigido por: Dr. Dieter Minnemann) aportó generosamente el macho “Bubi” para este apareamiento. Después de un viaje de 24 horas desde España hasta el norte de Alemania, Bagheera fue cubierta justo a tiempo, el 31 de marzo.

 

"Bunjee" de una edad de tres semanas

 

 

El día 1 de julio, “Bagheera” dió a luz a un total de cinco cachorros, de los cuales dos nacieron muertos y otros dos con un peso inferior a 200gr. murieron el mismo día. “Bagheera” era obviamente una madre inexperta, no abrió las bolsas amnióticas y ni siquiera corto los cordones umbilicales. Sin la asistencia humana probablemente no abría sobrevivido ninguno al parto. Por otra parte, solo dos pezones producían leche. Esto nos empujo ha cuidar nosotros mismos al único superviviente, “Bunjee”.

 

Marc Heidenreich con "Bunjee"

 

 

No se puede responsabilizar al adiestramiento del guepardo los “errores” de una primeriza, porque a menudo ocurre también en animales salvajes.

Unas semanas mas tarde “Bagheera” volvió a entrar en celo. Aprovechamos el segundo celo para volver a cruzarla con el mismo macho el 22 de agosto. El día 24 de noviembre de 2004, ni siquiera 5 meses después de su primera camada, “Bagheera” dio a luz por segunda vez, a cinco cachorros, esta vez sanos y fuertes que fueron amamantados por ella. Debido al tiempo fresco tuvo lugar el parto dentro de nuestra casa.

 

 

Bagheera pariendo el primer cachorro

 

 

 

Despues de siete horas todos los cinco cachorros han nacido y

dentro de solo media hora mamaron.

 

 

Pocas horas después del parto: agotada pero felíz!

 

Cría

Como nuestros guepardos adultos son absolutamente mansos, nos es muy facíl, acostumbrar a los cachorros a la presencia del hombre. La madre acepta en todo momento el contacto de los humanos con los cachorros, reacciona amigablemente a los acercamientos, y esto resulta muy conveniente. Así los animales crecen en un entorno de “doble imprinting”. Desde el principio aceptan a los humanos como “co-guepardos”, y al mismo tiempo no pierden patrones de comportamiento específicos como los que son criados exclusivamente por humanos. Esta es la única manera de conseguir un buen número de hembras reproductoras, basándose en una interacción armoniosa entre guepardos y humanos.

 

Los cachorros de siete semanas nos aceptan como miembros de la familia.